Hacia los 40-45 años, la próstata de la mayoría de los hombres empieza a aumentar poco a poco de tamaño. El término médico que describe esta proliferación celular no cancerígena que provoca el crecimiento es «hiperplasia benigna de la próstata» (HBP). Casi el 50% de los hombres de 50 años y hasta el 75% de los de entre 60 y 70 años la sufren
A menudo se habla de la menopausia y de los problemas que comporta. Sin embargo, las mujeres no son las únicas que sufren los cambios hormonales del climaterio; a los hombres también les concierne. En su caso, estas modificaciones del equilibrio hormonal son más lentas y varían considerablemente de un individuo a otro. En este contexto, el crecimiento benigno de la próstata y los problemas que lo acompañan son un signo frecuente de envejecimiento.
El origen de la HBP
Aún hoy en día, a pesar de los intensos esfuerzos de investigación, no se han dilucidado totalmente las causas precisas de la HBP. No obstante, se presume una relación con la interacción perturbada entre las hormonas femeninas y masculinas que sobreviene con la edad. Especialmente, la testosterona (hormona masculina) y la dihidrotestosterona (su forma activa) juegan un papel decisivo en la evolución de la hiperplasia benigna de los tejidos prostéticos. Nuevos estudios demuestran que los procesos de inflamación de la próstata, así como los factores de crecimiento, son determinantes en el desarrollo de la HBP.
Los síntomas de la HBP
La HBP atañe principalmente a los tejidos prostéticos próximos a la uretra. La compresión de la uretra obstaculiza el paso de la orina, del mismo modo que sucede con el agua que pasa por una tubería aplastada. Paralelamente se forma una pequeña depresión donde se acumula la orina.