Con el fin de obtener el mayor beneficio posible de cada suplemento herbario, será útil suministrarlo en el momento más oportuno del día:
Al levantarse: hierbas diuréticas, laxantes, hipotensoras, detoxificadoras, antiinflamatorias, nutritivas, sedantes y tónicas en general.
Separadas de las comidas ( dos horas antes o después de las comidas): hierbas tónicas (del sistema cardiovascular, nervioso, inmunológico …), antimicrobianas, antiparasitarias, antiartríticas, antitusígenas, antipiréticas, detoxificadoras, analgésicas, antioxidantes y protectoras (celulares, hepáticas, neurológicas…).
Ante de las comidas (de 10 a 15 minutos antes): hierbas digestivas (estimulantes), reconstituyentes, tónicas hepáticas, nutritivas y antiulcerosas.
Después de las comidas: hierbas digestivas (relajantes), antifermentativas, antiespasmódicas y «refrescantes».
Antes de acostarse: hierbas sedantes, relajantes, laxantes, antitusígenas, antiartríticas y protectoras cardiovasculares.
Estas indicaciones tan sólo son aproximaciones generales y cada terapeuta deberá individualizar su recomendación, dependiendo de la acción de la planta que desee potenciar según las necesidades específicas del paciente.
Fuente: Mikel García Iturrioz.
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