La grifonia, la cúrcuma, el cardo mariano y el llantén ayudan a superar el difícil proceso de desengancharse del cigarrillo
Fumar es un hábito nocivo, caro, y ahora también en vías de extinción. Con la nueva Ley Antitabaco, que entró en vigor el pasado 2 de enero, cada vez más fumadores intentan dejarlo. La fitoterapia puede ser de gran ayuda para decir «no» definitivamente al tabaco.
De los 10 millones de fumadores que hay en España, el 70% quiere dejarlo. Los beneficios para la salud son múltiples: mayor esperanza de vida; menor el riesgo de enfermedades graves como EPOC, trastornos coronarios o cáncer de pulmón; recuperar el gusto y el olfato; dormir mejor y sentir menos fatiga… Para lograrlo es importante la motivación personal como punto de partida, pero también es necesario el apoyo de los profesionales de la salud, que pueden recomendar productos para facilitar este cambio de hábitos.
La fitoterapia holística se revela, en estos casos, como una gran aliada para manejar las situaciones propias de la deshabituación. Para allanar el camino es conveniente actuar de forma combinada en cuatro frentes: contrarrestar la ansiedad y el estrés, impulsar la depuración del organismo a nivel hepático y renal, reforzar la acción antioxidante y antiinflamatoria, y facilitar la recuperación de los bronquios y la garganta.
El estrés y la ansiedad son el primer escollo que afronta un exfumador. Superar la adicción puede ser un poco más fácil si recurrimos a la grifonia, la pasiflora, la valeriana o el espino blanco. Para eliminar las toxinas almacenadas durante años de tabaquismo, debemos buscar la acción depurativa de plantas como el diente de león, la bardana, cola de caballo, ortiga verde, frángula, boldo, alcachofa o cardo mariano. Antioxidantes y anti-infiamatorias pueden ser la cúrcuma, uña de gato, grosellero negro, ulmaria y sauce, ricos en distintos tipos de flavonoides. Y finalmente, para mejorar la capacidad expectorante de las vías respiratorias son de utilidad la drosera, el llantén, malva, amapola, tomillo, malvavisco y eucalipto.
Lo ideal es tomar una combinación de los cuatro grupos, con vistas a obtener un efecto de acción conjunta. Por poner un ejemplo, se podría optar por la grifonia, el cardo mariano, la cúrcuma y el llantén. La grifonia es rica en 5-hidroxitriptófano (5-HTP), un precursor de la serotonina que, a su vez, es un neurotransmisor fundamental para la regulación del estado de ánimo, el sueño, la tensión nerviosa y los mecanismos del apetito. El cardo mariano contiene silimarina, cuyo componente mayoritario es la silibina, ambas captadoras de radicales libres. La cúrcuma, rica en curcumina, aumenta la actividad de los mecanismos antiinflamatorios de forma directa. Y el llantén contiene abundantes mucílagos que forman una capa protectora sobre las mucosas, suavizando la irritación y con ello la tos.
Fuente: Equisalud