Nuestro sistema inmunológico, que es el encargado principal de defendernos de los agentes exteriores y mantener nuestra salud, puede debilitarse a medida que nuestro cuerpo va envejeciendo, a enfermedades sufridas, malos hábitos (exceso de tabaco o alcohol) o a una inadecuada alimentación que nos lleve a un debilitamiento del organismo.
En estas circunstancias, los cambios estacionales nos afectan más duramente, somos más vulnerables a padecer los ataques de agentes extraños dañinos, entre los que se encuentran los causantes de los resfriados y catarros.
Para ayudar a nuestro organismo a protegerse en estas circunstancias es conveniente utilizar diversas plantas medicinales y/o complementos alimenticios naturales cuyos ingredientes fundamentales sean la equinácea, propóleo, tomillo, jalea real . . . sólos o combinados junto con vitamina c, bayas de sauco, granada . . .
Además si seguimos una alimentación adecuada que nos aporte calor y energía, desechando en lo posible las bebidas frías y frutas no estacionales, estaremos preparados para disfrutar del invierno en lugar de combatirlo. También es muy importante dormir algo más de lo habitual. Observa tu cuerpo.